El edificio fue un claustro de varones anexo al Templo del Carmen que se construyó por la Orden de los Carmelitas Descalzos entre 1687 y 1690 a las afueras de Guadalajara. Más tarde fue cuartel militar y en 1861 la iglesia mayor fue demolida. Debido al desarrollo de la ciudad y la apertura de la calle Juárez, el edificio fue cercenado en 1947. En los noventas se restauró y adaptó por el arquitecto Gonzalo Villa Chávez para ser centro cultural, el cual actualmente forma parte de la Secretaría de Cultura del Estado.

Se encuentra ubicado entre el Museo Cabañas y el Mercado Libertad o San Juan de Dios, por lo que también se le conoce como Jardín Cabañas. Este jardín ha albergó diversas esculturas, primero la Fuente de los Niños Traviesos popularmente llamada Fuente de los Niños Miones del escultor Miguel Miramontes que luego fue desplazada a la Plaza Tapatía y posteriormente en 1982 La Estampida de Jorge de la Peña que contiene 14 caballos hechos de bronce que en 1997 se reubicaron después en la glorieta entre López Mateos y Niños Héroes.

Sede del Sindicato de Trabajadores de la Música de Jalisco, el Salón del Músico es un lugar emblemático en el centro de la ciudad, en el que desde hace varias décadas se llevan a cabo festejos y tardeadas, se renta como casino y se imparten clases de música. Este es un lugar de reunión que posibilita el encuentro de vecinos y vecinas desde hace muchos años. 

Edificio de arquitectura moderna construido en la década de 1950. El desarrollo industrial que experimentó Guadalajara a causa de la modernización de la ciudad dejó cientos de fábricas que hoy en día se encuentran abandonadas. El progreso prometido a mediados del siglo pasado fracasó junto con todo el proyecto social y político que se había comenzado a construir en todo el país. La fábrica Juárez es un eslabón viviente de la modernidad fallida. 

El cine llegó a Guadalajara en 1905, dos hermanos que en un viaje al extranjero fueron cautivados por una aparato que proyectaba y que decidieron traer a su ciudad iniciaron una historia de salas de cine que pronto se rodeó de costumbres y mitos que fueron tomando su lugar en los barrios de nuestra ciudad, el Cine Guadalajara fue también un lugar de reunión familiar en donde las niñas y niños acostumbraban pasar las tardes, la memoria de este cine de barrio se construyó en una época en donde las personas podían asistir a ver proyecciones diariamente.  

El Barrio de Analco está ligado a la fundación de Guadalajara en 1542 y a la evangelización del territorio durante la conquista de la Nueva Galicia en el siglo XVI. Los frailes franciscanos establecieron un convento cerca de la orilla oriente del arroyo de San Juan de Dios, trayendo indígenas cocas y tecuexes desde el pueblo de Tetlán, donde años atrás se había fundado el primer convento de San Francisco. A este asentamiento se le dio el nombre de Analco que significa en Náhuatl “al otro lado del río”. En 1821, fue declarado barrio de la ciudad. Analco se definió como un barrio de trabajadores, se establecieron talleres de oficios y algunas industrias. El 22 de abril de 1992 tuvieron lugar una serie de explosiones en el colector de gasolina del Sector Reforma, cobrando miles de vidas. Actualmente es uno de los barrios con menor densidad de población de la ciudad.

Fue un lugar de intercambio de productos de los primeros asentamientos indígenas del barrio de Analco y en 1940 se formalizó su función con la edificación de las bardas principales, los portones y la división de locales que dejó al centro una pila para suministrar el agua a los vendedores. Su nombre original es Mercado Ayuntamiento. Durante la década de los 70 se remodeló, dejó de estar descubierto para dar lugar a un techo de lámina de asbesto, cortinas de acero y un nuevo sistema de drenaje. Poco tiempo después algunas de las bodegas exteriores comenzaron a comercializar de manera primordial elotes y maíz, por lo que se le conoce coloquialmente hoy en día como el Mercado de los Elotes.

Su arquería principal originalmente formó parte del Convento de la Encarnación de Indias o Santa Mónica, ubicado al centro de la ciudad, luego fue trasladado a la Casa de Ejercicios del Convento Franciscano, a un costado del templo San Sebastián de Analco donde se encuentra actualmente. Popularmente se dice que en este patio trabajaron varios canteros indígenas que concluyeron en un plazo muy breve para luego desaparecer sin haber cobrado su jornal, por desde entonces se dice que fueron ángeles los labradores de la obra. El edificio luego fungió como la Secundaria no.4 para varones y en 1985 se decidió convertirlo en la primera sede del Colegio de Jalisco. Actualmente forma parte de la Secretaría de Cultura del Estado.

Situada en el terreno donde se ubicó el primer el Panteón De los Ángeles en 1829 y el Estadio Municipal en 1930. Su construcción se proyectó en 1950 como la primera Terminal de Autobuses de su tipo en México y en Latinoamérica, se terminó de construir durante el periodo en el que el escritor Agustín Yáñez fue gobernador de Jalisco y se inauguró en 1953 con una feria estatal, pionera de lo que hoy conocemos en Guadalajara como las Fiestas de Octubre. Este edificio cuenta con la sencillez, funcionalidad tanto de su arquitectura y estructura como en su contexto urbano que caracterizaron a los primeros edificios modernos de la ciudad.

Comenzó a construirse en 1958 y se terminó en 1962. La idea del proyecto fue constituir un espacio para promover la creatividad artesanal del estado en varias técnicas, el primero en todo el país. Posteriormente se instauró el Instituto de la Artesanía Jalisciense, hoy la dirección de Fomento Artesanal a nivel estatal. Ejemplifica la arquitectura local de la época que apostó a la vanguardia y también por la tradición tapatía en el uso de materiales locales: techos de bovedilla, materiales de recubrimiento como la cantera de Huentitán, ladrillo cerámico, loseta de barro así como cantera amarilla y piedra braza. El edificio está complementado por obras de varios artistas de renombre en el país.

La Biblioteca Pública del Estado de Jalisco ha tenido varias sedes desde que se fundó en 1861. Pasó a formar parte de la Universidad de Guadalajara en 1925 y en 1975 se trasladó a su tercera sede en un edificio que fue construida para este fin. La obra del edificio comenzó en 1957 y se inauguró en 1959 en terrenos que pertenecieron a la zona Agua Azul, en una superficie de 10,000 metros cuadrados que fue dividida en dos secciones: La Biblioteca Pública del Estado y la Casa de la Cultura Jalisciense, como parte de un circuito urbano que se proyectó como modernista y cultural. La sección de la Biblioteca consta de una torre de 10 pisos y tiene capacidad para salvaguardar hasta un millón de libros. La estructura del complejo se dañó en 2003 y por ello los acervos se trasladaron a varias sedes, antes de ubicarse su mayoría en la Biblioteca Pública “Juan José Arreola”. Actualmente la sede Agua Azul aloja una pequeña parte del acervo.

La obra del edificio comenzó en 1957 y se inauguró en 1959 en terrenos que pertenecieron a la zona Agua Azul, en una superficie de 10,000 metros cuadrados que fue dividida en dos secciones: La Biblioteca Pública del Estado y la Casa de la Cultura Jalisciense, como parte de un circuito urbano que se proyectó como modernista y cultural. La Casa de la Cultura Jalisciense es la primera en su tipo en todo el país, fue inaugurada por Agustín Yáñez y ahora lleva su nombre. El edificio ha tenido otras funciones, fue sede de instituciones como el Centro de Educación Artística del Instituto Nacional de Bellas Artes, oficinas del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión del gobierno del estado y actualmente aloja a la Licenciatura en Artes de la Secretaría de Cultura de Jalisco.

Este espacio se construyó a partir de 1950 como un elemento integrador entre varios edificios de gran relevancia arquitectónica. Se destinó a la conmemoración del centenario de las Leyes de Reforma. A raíz de la reubicación de la estación de tren y transformación —y en algunos casos desaparición— de vías del ferrocarril que recorrían esa zona, este espacio buscó generar un nuevo tránsito cultural y turístico que no se consolidó por diversas razones políticas y económicas. El diseño original contemplaba un jardín y una fuente así como astas que sostenían las banderas de las Américas, un obelisco, el monumento Benito Juárez y la escultura Papel picado y águilas de José Chávez Morado que ha actualmente ha desaparecido. Durante buen tiempo se llevaron a cabo ahí las Fiestas de Octubre y actualmente, cada sábado, el Tianguis Cultural.

Fue el primer rascacielos de la ciudad y se pensó como una puerta de entrada a la construcción de una ciudad moderna. Fue construido en 1962, cuenta con 92 metros de altura y 26 niveles destinados a oficinas Desde su concepción se contempló ser la primera etapa de un conjunto urbano que se desarrollaría en un corredor financiero y cultural a partir de la ampliación de la avenida 16 de septiembre. Según la investigadora Claudia Rueda Velázquez “el condominio Guadalajara es la representación simbólica de lo que se había emprendido como el tobogán de la modernidad en Guadalajara; representa el punto de madurez de la modernidad arquitectónica y es la expresión genuina de que la capital tapatía había alcanzado la nomenclatura de ciudad moderna”.

Se inauguró en 1959 y fue el primer espacio para conciertos al aire libre de la ciudad. En su tiempo destacó por su diseño audaz y se le conocía como Auditorio Municipal del Parque Agua Azul. Después de su construcción el entonces gobernador Juan Gil Preciado instauró el Festival del Agua Azul, un evento dedicado a la música que se realizaba cada año. Durante los sesenta este espacio fue un pedestal para el  movimiento del rock tapatío. Los Spiders, Roberto Carlos Placebo, Gustavo Cerati y Manu Chao fueron algunos de los artistas que se presentaron en este escenario. 

Se construyó durante el Gobierno de Agustín Yáñez en 1959, como sede del entonces Instituto Jalisciense de Antropología e Historia. En la Ley que crea el Instituto, pone a su cargo "la exploración, vigilancia, conservación, restauración y reconstrucción de los monumentos históricos y artísticos de Jalisco”. Ha permanecido de manera intermitente en desuso y aunque fue re inaugurado el sexenio pasado, sus daños estructurales impiden que pueda resguardar la colección que lleva el nombre, como el museo originalmente, José Parres Arias.